El método Waldorf busca que el niño tenga una experiencia personal de aprendizaje.
Educación Waldorf
El creador este modelo educativo fue Rudolf Stainer (1861-1925) quien fundó su primera escuela para hijos de los trabajadores de la fábrica de cigarros Waldorf-Astoria. En este modelo de educación se trata de aprovechar y desarrollar el potencial de cada niño, con la finalidad de que las nuevas generaciones aporten ideas valiosas a la sociedad.
“Educar es un arte” es el lema. Los niños experimentan con disciplinas artísticas, por ejemplo, pintan, tejen, escriben, tocan instrumentos, bailan. Las escuelas Waldorf tienen materiales de origen natural; los salones son muy acogedores, con colores cálidos, dibujos y trabajos de los niños decorando el lugar, además de juguetes y disfraces.
El método Waldorf busca que el niño tenga una experiencia personal de aprendizaje, que haga suyo todo lo nuevo que aprende y que aprenda a relacionar cada enseñanza con sus experiencias propias. A los niños se los divide por grupos de edades en períodos de siete años. Entonces, los niños de 0 a 6 años serían ubicados dentro de la llamada “primera infancia” en la que se les permite entregarse totalmente a experiencias sensoriales.
Son los profesores, educadores y padres de familia quienes comparten la responsabilidad de crear un ambiente agradable y positivo para los niños. Se estimula a los niños a trabajar con su creatividad por medio del juego. Los chicos tienen la oportunidad de disfrazarse, interpretar roles, pintar, bailar, crear, construir, cocinar y dibujar, sensibilizándolos y preparándolos para la vida.
En la llamada “niñez”, de los 7 a los 13 años, se busca incrementar en los pequeños la imaginación, así que los aspectos más rígidos y formales de la enseñanza se les presentan a través de leyendas, mitos, relatos folclóricos, parábolas e imágenes, y de este modo los alumnos no solamente aprenden, sino que se hacen sensibles a su entorno cultural.
La etapa final, de los 14 a los 21 años, establecida esta etapa como “adolescencia”, considera la individualidad de cada alumno y su maduración, puesto que a esta edad el joven ya es capaz de llegar a un pensamiento claro y experimentado; con las bases que tuvo a lo largo de su formación, el alumno podrá tomar las riendas de su propia educación de una manera responsable.
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